Sister Niveditā: la mujer que vio en Kālī a la Madre
- Río Dulce Yoga Estudio
- 18 ago
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Actualizado: 28 ago

En la historia de la India moderna, pocas mujeres extranjeras brillaron con tanta entrega como Sister Niveditā (1867–1911). Nacida en Irlanda como Margaret Elizabeth Noble, fue maestra, escritora y activista social. Sin embargo, más allá de su origen europeo, se convirtió en una hija de la India, consagrada a la educación de las mujeres y a la defensa de su cultura espiritual.
En 1895 conoció en Londres a Swami Vivekananda, cuya visión de una India libre y consciente despertó en ella un fuego nuevo. Tres años después viajó a Calcuta, donde él le dio un nombre que definiría su vida: Niveditā, “la consagrada”.
Entre las experiencias más transformadoras de Niveditā estuvo su encuentro con la diosa Kālī. En Occidente, Kālī era vista con temor, por sus collares de calaveras y su lengua roja. Pero Niveditā aprendió de Vivekananda y de la tradición india a mirar más allá de la forma, y a reconocer en ella a la Madre universal, protectora y amorosa.
En su obra The Story of Kali the Mother, escribió sobre esa transformación interior: cómo Kālī no era destrucción sin sentido, sino la energía que rompe lo viejo para dar paso a lo nuevo, la Madre que libera a sus hijos del miedo y de la ignorancia. Para Niveditā, Kālī representaba el poder de la compasión, incluso cuando se manifiesta como fuerza.
Fiel a este espíritu maternal, fundó en 1898 una escuela para niñas en Calcuta, convencida de que la educación era el camino para fortalecer a las mujeres y a toda la nación. No enseñaba solo letras y números, sino también dignidad, higiene, arte y amor por las raíces culturales de la India.
Niveditā se integró en la vida cotidiana: vestía como las mujeres indias, hablaba bengalí y caminaba por las calles convenciendo a las familias de dar una oportunidad a sus hijas.
Además de educadora, fue escritora apasionada. En sus ensayos defendió la grandeza espiritual de la India, la riqueza de su arte y la importancia de su filosofía, desafiando la mirada colonialista. También apoyó la labor de científicos indios como Jagadish Chandra Bose, a quien impulsó con firmeza.
Durante epidemias y hambrunas, cuidaba enfermos y repartía lo poco que tenía. Murió en 1911, a los 44 años, en Darjeeling. Su tumba aún guarda la inscripción:
“Aquí descansa Sister Niveditā, quien entregó su vida al servicio de la India.”
Hoy, Sister Niveditā es recordada como un puente entre Oriente y Occidente, como una mujer que no solo defendió la educación y la cultura, sino que supo reconocer en Kālī, la Madre, la fuerza que protege, guía y transforma. Su vida fue testimonio de una espiritualidad que no divide, sino que abraza y entrega.





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