Acerca de... Río Dulce
¿Por qué "Río Dulce"?
Río Dulce es el nombre de un río que pasa por Santiago del Estero, la tierra de mis abuelos, y desemboca en Córdoba, donde yo nací. Ese trayecto natural guarda para mí un simbolismo profundo: la unión de mis raíces con mi propio recorrido vital.
Hoy vivo en México, y desde aquí nutro este proyecto que también es un cauce. En la tradición del yoga, existen los nāḍīs, canales sutiles por los que circula la energía vital. Como los ríos, los nāḍīs recorren el cuerpo, conectan, sostienen, transforman.
Mi escuela nace con ese espíritu: un espacio para conectar con lo esencial, con nuestras raíces, y fluir hacia lo que cada quien está llamado a ser.
Porque aunque estemos lejos, seguimos conectados. Como un río que atraviesa tierras, el vínculo permanece, invisible y poderoso.
Mi nombre es Claudia y soy profesora de yoga, formada en filosofía, sánscrito e historia de las tradiciones de la India. Enseño desde hace más de diez años, acompañando a practicantes y futuros docentes en su camino personal y profesional.
Después de años trabajando dentro de estructuras académicas y escuelas ajenas, sentí la necesidad de crear un espacio propio: un lugar donde el yoga se enseñe con profundidad, respeto por sus raíces y libertad pedagógica. Así nació esta escuela, como un proyecto independiente, colaborativo y amoroso.
Creo que el yoga no es solo una técnica, sino una forma de vida y de relación con el mundo. Por eso, mi enfoque combina la práctica corporal con el estudio de las fuentes filosóficas y literarias. Me interesa cultivar un yoga consciente, situado, que dialogue con otras disciplinas y que honre su dimensión espiritual sin perder el sentido crítico.
Hoy, como directora de esta escuela, sostengo un proyecto que busca formar docentes comprometidos, brindar clases accesibles y compartir herramientas para una vida más presente y significativa.
Gracias por estar acá.
